miércoles, 2 de julio de 2014

SALIENDO CON UN MITÓMANO

Para quienes pensamos contar con “los hombres ideales” y que luego nos damos cuenta que son unos mentirosos empedernidos, metidos en una elaborada película de la cual son directores y protagonistas, resulta sumamente triste darse cuenta que  se toman en serio el papel de ‘Don Juan’, pero sienten que en realidad ni ellos, ni su vida son lo suficientemente interesantes y por eso se construyen un mundo paralelo.
 
 
La elocuencia, el encanto, el ser portadores de las frases más dulces y apropiadas, hacen que una crea que tiene frente a sí al compañero perfecto para ir en busca de los sueños. La primera impresión de perfección es la que nos enamora; sin embargo, al transcurrir el tiempo, esa misma impresión surte un efecto casi contrario y empieza a generar dudas, las cuales en su mayoría resultan tan obvias, que de solo pensar en lo que pudiese haber sido, nos sonreímos y suspiramos en señal de: "de lo que me salvé".
 
 
Ahora bien, no se puede generalizar y decir que todos los hombres mentirosos son unos "mitómanos"; de hecho, un hombre mentiroso puede descubrirse mucho más fácilmente, ya que los mitómanos, aparte de que inventan y construyen castillos en el aire, increíblemente viven allí!!! El chiste de esto es, que una vez se despierta ese mosquito de la duda, ya lo que en un inicio parecía bello, hermoso, tierno e ingenioso, pasa después a ser una incoherencia, algo impensable y es entonces cuando cuestionamos todo y la supuesta honestidad pende de un hilo.
 
 
No me atrevería a decir que los mitómanos son malas personas, o que mienten porque simple y sencillamente les gusta engañar a los demás; tampoco es mi interés excusarlos y optar por una evaluación mental por parte de un profesional, ya que de salida, el entablar o continuar una relación con alguien así, resulta enfermizo para cualquiera.
 
 
A pesar de que las mentiras son el pan nuestro de cada día, difícilmente vemos normal que se nos engañe, y más cuando se trata de la persona con la que pensamos o deseamos compartir el resto de nuestras vidas y pensamos que realmente somos uno y que no debe haber secreto alguno entre ambos. Aún aquellas mentirillas que se repiten tanto que se transforman en una realidad; o esas que son tan tontas que las pasamos por alto y pensamos que no se peca con decirlas. Se sabe que todos mentimos, pero cuando somos consecuentes y leales con nuestros afectos, lo normal sería construir esos lazos sobre un terreno sólido y verdadero. Sin embargo, muchas veces el hombre elegido resulta ser un gran actor y empezamos a sentir que vivimos en una película, de la cual no se puede esperar un final feliz.
 
 
Ya sabemos que los mentirosos no son necesariamente mitómanos; pero también sabemos que hay una línea muy delgada que cruzan los unos para convertirse en los otros, lo que nos lleva a la imperante necesidad de aprender a identificarlos a tiempo para poder alejarnos en el momento preciso.
 
 
Muchos entendidos en el tema, hablan de que el lenguaje corporal dice mucho y es una de las características que más rápido te ayuda a identificar a una persona que te está mintiendo. Señales de cambio en el estado emocional: estar intranquila , enrojecimiento en sus mejillas y sudoración, contracción de las pupilar, temblor en la voz, aumento del movimiento… uno nota que está nerviosa. Así son las personas mentirosas! Igualmente, se dice que los ojos ayudan mucho a leer la cara; hay teorías que afirman que las personas que están inventando algo tienden a subirlos. Hagan el ejercicio: cuando están pensando en algo, los ojos se van para arriba y eso implica un proceso de creatividad. Por el contrario, cuando se está recordando algo, los dirigimos hacia un lado. Para no enredarnos, dejémoslo en que las personas mentirosas tienden a mover los ojos de manera anormal.
 
 
Para descubrir a un mitómano, el camino es más largo y complicado. Como ellos se crean sus propias películas, en ellos no se manifiestan las características descritas. Son las personas más tranquilas y encantadoras a toda hora y se precisa ver su comportamiento general para poder desenmascararlos. Por ejemplo, cuando sales con un mitómano y ves que está a una hora del lugar pactado para una cita, al momento que la persona que lo espera lo llama al celular, él le dirá que está a escasos 5 minutos de llegar. Seguramente dirá que tuvo un flat o una leve colisión y le echa un cuento bien hilado a la persona.  Ahí, puedes estar segura de que si le miente a alguien, de seguro lo hace contigo!
 
 
Los mentirosos de este tipo generalmente tienen una excusa para todo y explican razones que ni siquiera se les ha pedido. Por ejemplo, cuando uno llega tarde a un lugar, dice: "disculpen la tardanza, qué pena...". Pero desde el momento en que inicia a dar detalles desde que salió de la casa o trabajo con explicaciones que nadie ha pedido, hmmmm, ya hay que sospechar...!
 
 
Por lo general, uno suele dar respuestas o expresar pensamientos concretos. Si vemos un gato negro, decimos: "vi un gato negro".  El mitómano, por su parte dirá: "el gato negro era precisamente uno que anteriormente yo había bajado de un árbol, porque en una ocasión...bla, bla, bla... Te narran toda una historia que al final contiene varias! Y no solo eso, para los demás resultan ser extremadamente exagerados y no se sabe si la emoción y la sonrisa con la que narran las cosas es burlándose de uno que los escucha o de las propias historias que crean, ya que estas personas son tan extrovertidas y le meten tanta pasión a sus historias, que con su rostro se sienten muchísimo más cómodos consigo mismos.
 
 
Los mitómanos viven de la apariencia, creen que son los más atentos, detallistas, lindos, los más guapos, los mejores en todo, los más inteligentes. Pero créanme cuando les digo que, independientemente de que este tema lo he leído en varios libros y blogs, lo he vivido en carne propia y puedo identificarlos de salida, porque esa máscara que suelen llevar, se siente...!
 
 
En mi caso, le llamo sexto sentido. Sin embargo, muchas veces he sentido que rayo en el prejuicio y no he dado oportunidad de conocer más a la persona y es cuando doy el voto de confianza, con el beneficio de la duda; pero al final, el sexto sentido no falla y el corazón queda con una fisura más que remendar. Cabe advertirles, que en estos casos es mil veces mejor hacerle caso a lo que te dicta tu sexto sentido, aún cuando éste derribe todos los castillos de arena que hayan podido edificarse por el trato recibido de la persona que se cree es la indicada; ya que, si tu intuición ha sido válida anteriormente, de seguro será efectiva cada vez que te mande señales de alarma.
 
 
De allí que, cuando tengamos dudas, por las razones que sea, debemos empezar a prestar mucha atención a cada detalle para poder sorprender al mitómano en situaciones contradictorias, ya que por lo general, ellos tienden a olvidar las mentiras que se inventan. Pero hay algo que es muy, pero muy importante y certero: Nunca se responsabilizan de sus errores! Esto se debe a que ellos mismos creen que son la perfección personificada y el resto del mundo está errado. He leído que estas personas tienen una mezcla entre narcisismo y baja autoestima, lo que los hacen difícil de tolerar a largo plazo.
 
 
Cuando ya se entra en ese proceso de desenmascarar a un mitómano, o al menos confirmarlo para poder tener los motivos suficientes para alejarse, nos empezamos a acostumbrar a sus palabras e incluso a adivinar lo que están a punto de decirnos; finalmente, nos damos cuenta de la falta de acción o de la incoherencia entre sus palabras y sus acciones, luego caemos en nuestro rol de psicoanalistas y hasta llegamos a percibir en sus mentiras una intencionalidad clara y conectada a su inseguridad: satisfacer la falta de amor que experimentan a lo largo de la vida.
 
 
Según los expertos, esto se debe a que algunos tipos de mitomanía se generan en la infancia, en ámbitos donde los padres castigaron o regañaron frecuentemente a sus hijos. Por eso, cuando son adultos, prefieren sobrevivir con mentiras por miedo a obtener resultados negativos. Lo recomendado cuando uno se encuentra con alguien así, es correr y no mirar hacia atrás..!
 
 
Hay mujeres que cuando llegan a este punto, en ocasiones se las dan de investigadoras privadas: revisan celulares, hacen que sus parejas accedan al Facebook con ellas al lado viendo cada detalle, ponen amistades a investigar, y no sé cuántas cosas más... pero estos son casos extremos y creo que estas mujeres más bien debiesen visitar un consultorio de un profesional de salud mental.  Lo indicado, aunque sea difícil y seguramente se hiera a la persona con lo que se le pretende decir, es hablar y confrontar a la pareja. Siendo un mitómano, seguro resultará más difícil aún, ya que encontrará la forma de hacer que una vuelva a confiar y creer en la relación, haciendo que se desista de la idea de terminarla.
 
 
Hay algo muy cierto en el amor: Cuando hay dudas, mejor es pensarlo bien y evaluar si realmente esa es la persona que deseas que pase el resto de su vida contigo..! Cada uno tiene el derecho de elegir con quien estar; y si estamos con alguien que está sembrando dudad e inconformidades en nosotros, es mejor sentarse y hablar seriamente, decirle: "Mira, yo no me estoy sintiendo segura contigo, no creo que podamos tener un futuro saludable juntos, porque veo que no avanzamos como pareja.." Otras mujeres, no tan osadas y elocuentes prefieren simplemente huir de la relación y listo.
 
 
Ahora bien, hay veces en que una desea ser empática, no señalar a su pareja y darle una oportunidad, ya que coloca en una balanza las muchas cosas positivas vs las negativas.  Entonces optamos por ayudar a la persona hablándole sobre su problema que es tan evidente para otros, pero inexistente para él. Si usted, querida amiga, pertenece a este grupo de mujeres, solo le puedo decir lo que leí por ahí: "Si la mujer se metió y ahí se quedó, pues ¡adiós y suerte! Pero debe considerar qué tipo de mitomanía sufre él, porque hay hombres que mienten en ámbitos exteriores, pero no  a su pareja. A él se le puede ayudar”.
 
 
La forma de hacerlo es haciéndole notar que tiene un problema y, por lo tanto, necesita ayuda. No solo por el bienestar mental de la mujer que lo acompaña, también porque es muy probable que terminen quedándose solos, pues todos tenemos un tope cuando de mentiras se trata. En mi experiencia, tomó varios años que esa persona aceptara que tenía un problema, es más, aún hoy día que somos amigos, en ocasiones discutimos sobre el tema y cuando ve que está cayendo en lo mismo, él mismo se corrige.  Pienso que terminé haciéndole un favor, aunque hoy día continúa solo.
 
 
Los expertos señalan que el mitómano es el único implicado cuando de tomar la decisión se trata. Ni usted ni nadie puede hacerlo por él, y de ese hecho debería depender su permanencia en ese asunto. “Tiene que darse cuenta que las consecuencias de decir la verdad no son negativas; al contrario, son muy positivas, y con ayuda terapéutica puede salir adelante”.
 
 
El dárselas de heroína en algunas ocasiones es la decisión menos apropiada.  Porque aunque ese hombre a quien usted está comenzando a sentir como una gran farsa tenga hermosas cualidades, no dejará de ser nunca un terreno engañoso e inseguro. Por lo general, las mujeres que deciden quedarse al lado de alguien que necesita inventarse un yo paralelo con el cual cautivar, están en graves problemas. Estos hombres, por lo general, requieren una larga terapia sicológica para reconocer su problema.
 
 
El gigoló empedernido, el mitómano romántico, puede ser bastante enamoradizo. Solo que por más que sienta que la ame, nunca sabrá cómo hacerlo en realidad.  “En el fondo está más necesitado de amor que un hombre ‘normal’, pero a pesar de tener la intención no posee el conocimiento para hacerlo. Y una de las bases fundamentales en el amor es la sinceridad. Si esta se cae, es como si se cayera la pata de una mesa… queda tambaleando la relación. Es muy difícil cuando hay mentiras de por medio, porque alguno de los dos miembros de la pareja siempre estará esperando el momento en que se las vuelvan a decir”. Si esto es así, para qué seguir en una relación de esta índole?
 
 
Parte de la información obtenida para esta entrada está basada en una psicóloga, quien en su experiencia, se ha dado cuenta de que cuando hay infidelidades, por ejemplo, y se dan en una relación afectada inconscientemente por algún defecto de la mujer, es más fácil que la pareja pueda sobrepasarlo. Por el contrario, cuando ‘le vieron la cara’ y le dijeron mentira tras mentira, no necesariamente con infidelidades, es casi imposible de sanar, pues el engaño es una de las cosas que más le duelen. Así que la conclusión sería que solo alguien con muy baja autoestima se quedaría en una relación así.
 
 
Dice la experta: “Autoestima baja, engaño, dolor en el ego, no creer en el amor. Por lo general, cuando hay rupturas afectivas, todo se toma muy personal. Después la mujer va a creer que todos los hombres son iguales, y no necesariamente, porque hay algunos sinceros. Lo que pasa es que la vida está llena de mentiras. Digamos que social o culturalmente aprendidas. Pero hay gente fiel y sincera. Entonces no dejemos que una mala experiencia generalice a hombres buenos… que seguramente están por ahí”.
 
 
AL FINAL, NOS DEJA ESTAS RECOMENDACIONES, QUE DE HECHO, SIN CONOCER LAS IMPLICACIONES QUE CONLLEVABA, YO MISMA LAS HE PUESTO EN PRÁCTICA:

1. Piense si realmente su pareja es mitómana o es usted es muy desconfiada.

2. Para ello, trate de definir si su pareja presenta los rasgos descritos en este blog.

3. No acepte tanta excusa. Más bien exija menos palabras y más hechos.

4 Si lo ha descubierto en varias mentiras, confróntelo y oriéntelo para que busque ayuda.

5. Y si las mentiras persisten, tenga la fuerza y tome la decisión de terminar.

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