jueves, 17 de mayo de 2018

MENDIGANDO AMOR



Resulta algo fuerte el título, sin embargo, muchos seres humanos que nos hemos llegado a enamorar equivocadamente, en algún momento y sin darnos cuenta, mendigamos amor.

Yo solo escribo acerca de las cosas que vivo, no puedo escribir acerca de experiencias ajenas, a menos que sea a manera de docencia o como referencia para algún punto que desee plantear; por lo que no me apena aceptar que he llegado a mendigar amor, de alguna u otra forma.  Porque no es un tema que se tome a la ligera y se interprete tal cual como para imaginarse a Jasmina con cara de angustia, llorando y suplicando por un poco de amor... No señores, es algo más complejo, tanto, que me atrevo a asegurar que incluso quienes se jactan de decir "yo no le ruego a nadie por amor", lo han hecho, han mendigado.

Y ¿qué es mendigar? pues, no es más que pedir algo con humillación, es decir, con una sensación de ofensa; lo que, aplicado al tema que nos atañe, vendría siendo la sensación de dolor causado por esa otra persona que no te corresponde de la misma forma que quisieras.

Entonces, ¿cuándo y cómo caemos en este punto? Mucho he escrito acerca del desamor, del sufrimiento, de la felicidad, de lo que para mí significa el estar enamorado y es precisamente porque he pasado por experiencias de todo tipo: amores platónicos, imposibles, no correspondidos, accidentados, obsesionados, en fin, no en vano aún tengo cosas que escribirles.  Y ese andar, por ser una eterna enamorada del amor, he tenido mis "minutos de awevasón", como decimos los panameños, y he quedado demostrándole a la otra persona que me tiene en la palma de su mano. Claro está, luego de esos "minutos", recupero mi cordura y lo que sigue es un despertar nada agradable para el causante de mis desvelos, que viene acompañado con una gran dosis de orgullo, auto estima, frialdad, sarcasmo e indiferencia que viene acompañada con un gran vaso de amor propio que me ayuda a digerir todo de la mejor manera para luego pasar la página y seguir andando.

Cuando nos enamoramos, e incluso cuando nos ilusionamos, el corazón domina a la razón, no nos damos cuenta de esas pequeñas acciones que nos dejan vulnerables ante la otra persona, quien, generalmente cuando no tiene el mismo sentimiento, sino que es movido por otras cosas materiales, sexuales, etc., se aprovecha para lograr lo que realmente quiere, mientras lo quiere. 

Gente, cuando hay amor por ambas partes en una relación, no se pide tiempo, el tiempo se crea solo porque ambos así lo desean.  Cuando hay amor, no hay que esperar a que tu pareja primero solucione todo lo demás,  para poder disfrutar contigo.  Cuando hay amor, no se exige lealtad, el solo hecho de pedirla es indicativo de que no hay confianza porque esa persona no te hace sentir confiado con sus acciones.  Cuando hay amor, el tiempo de ambos es valioso y se respeta.  Cuando hay amor, no hay promesas que no se cumplan sin que haya una verdadera justificación.

Entonces, hemos mendigado amor si nos vemos en la necesidad de pedirle a nuestra pareja que nos dedique tiempo, un espacio en su agenda. Hemos mendigado amor, si necesitamos recordarle a nuestra pareja que no somos un asunto más, sino una prioridad.  Hemos mendigado amor, si hemos estado con la angustia causada por la zozobra de pensar si nos están siendo infieles y vivimos recordándole a la pareja que nos debe fidelidad.  Hemos mendigado amor, si constantemente hacemos planes, cancelamos compromisos, dejamos de hacer cosas para poder estar con nuestra pareja que al final, termina cancelando sin previo aviso y sin reparo, porque sabe que sencillamente cuando digan: "salta", diremos: "¿qué tan alto?" Hemos mendigado amor, cuando constantemente nos prometen cosas que no cumplen y permanecemos sumisos, dando nuevas oportunidades para que se reivindiquen, aunque nunca veamos los resultados que queremos.

Sí, amigos, enamorarse no es fácil; de hecho, para mí, enamorarse es un sinónimo de ser masoquista, porque el enamorado siempre va a apelar al amor, sin importar qué tantas malas experiencias haya vivido, aunque vea todas las señales de alarma que le indiquen que no está siendo debidamente correspondido y que no invierta su tiempo innecesariamente, eso no es más que masoquismo.




¿CÓMO DECIFRAR A UN HOMBRE?


Veía una película romántica que hizo que vinieran a mi mente las experiencias amorosas que me han tocado vivir. Curiosamente, con solo ver la trama de la película, en tan solo 10 minutos pude deducir  el final de la misma, lo que me llevó a la conclusión de que que fácilmente podría ganarme la vida escribiendo guiones o dando charlas cual gurú del amor, ya que lo que pensé que era "mi problema",  si lo veo plasmado en una historia de hollywood, es porque está en la mente de otras personas, es decir, realmente es "la realidad".   

Todo el mundo dice que las mujeres somos difíciles de decifrar, sin embargo, a lo largo de mi vida amorosa tan accidentada, me he dado cuenta de que no es un tema de género.  Sencillamente existen personas normales, no tan normales, complicadas, prácticas, en fin, los seres humanos somos un conjunto de caracteres y pensamientos que cuando no coinciden, proceden a juzgarse y señalarse tratando de comprender el por qué es tan difícil coincidir en todo con quienes nos rodean y, muy especialmente, con la persona amada.

Para una mujer profesional, madre, soltera, que sostiene su hogar y cuenta con las necesidades básicas y alguna que otra facilidad, lograda con esfuerzo y dedicación, resulta sumamente difícil poder "atinar" al hombre indicado; ese con el que pueda lograr finalmente formar un hogar en la plenitud de sus 40's. Y digo que resulta difícil, puesto que la dificultad estriba en que, a nuestra edad , las relaciones se basan en todo, menos en "manitas sudadas".  Es más fácil encontrar a una mujer madura, soltera y responsable, que encontrar a un hombre en las mismas condiciones.  Sin embargo, no significa que no los haya.  El asunto es que los que hay con dichas cualidades se nos presentan como un verdadero y gran enigma.

Usted, que es soltera, ¿no le ha pasado que inicia una relación, pasan al siguiente nivel (de paso le pido disculpas a los que se abstienen hasta el matrimonio), pero luego de la intimidad el galán mantiene un bajo perfil? Pues me refiero a que su trato, sus atenciones no son las mismas que mantenía previo al acto. Pasa de ser una persona "antes de" a otra "después de".  Si su respuesta es positiva y aún no se explica qué ha sucedido con esa persona, tengo un par de teorías que, si me lo preguntan, fácilmente las convertiría en leyes.

Teoría No. 1: No está preparado para una relación seria.

Ya sé que estamos hablando de hombres de más de 40, pero la penosa realidad es que existen muchos hombres que a esa edad aún están pensando en brincar de un lado a otro. Muy por el contrario, la mayoría de las mujeres de más de 40 solemos pensar que el tiempo se nos está acabando... sí, debo incluirme porque en algún instante de mi vida lo he pensado, equivocadamente. Digo equivocadamente porque para el amor, no hay edad, ni momento específico; simplemente llega y listo. Si descubres que esta teoría cuadra con tu situación específica, marca algo de distancia. Dice un dicho: "regálale tu ausencia a quien no valora tu presencia"; en este caso, lo que no están valorando es el hecho de tener la oportunidad de pasar el resto de la vida con una mujer como tú.  Si esa persona llega a sufrir tu ausencia, no se siente completo si le faltas, te va a buscar y esta vez querrá asegurarse de que no te vuelvas a apartar más nunca de su vida.  De lo contrario, sencillamente esperará a que se te pase el arranque momentáneo, te pegará una llamadita para ver cómo estás de ánimo, hará como si nada ha pasado, no te tocará el tema de la distancia y esperará a que reacciones de la misma manera, accediendo a continuar en una relación que finalmente no te va a llevar a ninguna parte.  Si procede de esta forma, no retrocedas y pasa la página porque seguramente te estás  privando de darte la oportunidad de conocer a ese alguien que realmente daría todo por estar contigo el resto de sus días.

Teoría No. 2: tal vez eres tú el problema.
Muchas veces tendemos a victimizarnos, a cuestionarnos cada vez que nos pasa una trastada
amorosa, el ¿por qué nos suceden estas cosas? Si llegamos a hacernos esa pregunta, debemos procurar encontrar la respuesta autoanalizándonos, evaluando nuestro proceder en la relación. La experiencia me indica que la mujeres que hemos llegado a este punto del "autoanálisis" casi nunca tenemos culpa de las desventuras... simplemente damos un voto de confianza a esa otra persona, olvidando cualquier mala experiencia pasada.  Sin embargo, existe un gran porcentaje de mujeres que hacen todo lo contrario y trasladan los traumas pasados a su relación actual manteniendo una barrera o sencillamente comparando cada cosa, cada acción de la persona que se encuentra a su lado, lo cual, al final, termina fastidiando a cualquier hombre. Sí, es cierto que muchos hombres tienden a llevar un mismo patrón, no podemos negarlo, pero si estamos ante una persona cuayas acciones van a desencadenar en un final que ya conocemos por experiencias anteriores, simplemente observémosla inteligentemente, démosle la oportunidad de reivindicarse ante cualquier pequeña caída en cuanto a detalles, comportamiento ante tus amigos, familiares, etc., pero si es reincidente en la falta, ¡next!

Teoría No. 3: Vas a mil y él ni siquiera arranca.  
Pues, hablando de que el tiempo se nos pasa y se nos va el tren, tal vez lo que sucede es que tenemos
en mente que ese hombre es el último vagón que nos queda para poder emprender el viaje hacia nuestra felicidad en pareja.  Aquí debo recordarles que nuestra felicidad no depende de nadie más que de nosotros mismos. Partiendo de ello, ya podemos deducir que el tratar de acelerar las cosas, siempre, pero siempre va jugar en nuestra contra.  Lo delicado del asunto es que, según nuestras convicciones, cuando se habla de una relación en personas maduras, ya no estamos hablando de "manitos sudadas", paseítos por el parque a ver el atardecer y luego cada quien a su casa. Aceptemos que el tema del sexo juega un papel muy, pero muy importante y es aquí donde nosotras las mujeres empezamos a dudar porque sencillamente no queremos que nos vean como un objeto sexual ni mucho menos. Tenemos en nuestra mente una relación de noviazgo en la que el hombre va a estar dispuesto a todo con nosotras sin que hayan exigencias u obligaciones en el campo sexual antes de tiempo.  Sin embargo, en nuestros días, el sexo ha pasado a ser parte fundamental  en una relación, debido a que ambos desean saber si toda esa química que hay, existe también en la intimidad.  Es entonces cuando, luego de haber intimado, las mujeres tendemos a acelerar las cosas, porque pensamos que estamos dando lo más valioso que tenemos con el propósito de conservar a ese hombre para toda la vida.  Pero la realidad es otra para el hombre; él verá como algo normal la parte de la intimidad y sentirá que vas muy rápido cuando hables de compromisos a futuro, ya que en la mente de la mayoría de los hombres el sexo no forma parte de un compromiso.  Es aquí donde discrepamos y nos resulta ilógico que nos digan que vamos muy rápido cuando ya hay intimidad de forma regular, so pretexto de que "nos estamos conociendo", pero cuando hablamos de planes a futuro, se asustan y huyen.

Teoría No. 4: No estás al nivel que él espera que esté su mujer ideal.
Me preguntarán ¿cómo se me ocurre plantear una teoría como esta, si supuestamente ya están en una relación con ese hombre? Pues fácil, recuerden que todos somos seres humanos y, como tales, tenemos esa necesidad de convivir con los demás, de relacionarnos, de dar y recibir afecto para complementarnos de alguna manera; pero ojo, eso no significa que el aceptar compartir momentos con una persona sea sinónimo de que esa es la persona con la que se quiere pasar el resto de la vida.  Dicho de otra manera, así como muchas mujeres idealizamos a los hombres, muchos hombres idealizan a las mujeres.  Puede que tu pareja tenga un prototipo de mujer en el cual tú, ya sea física, social o intelectualmente, no encajas.  Pero, ¿adivina qué? sexualmente eres su fantasía hecha realidad; y mientras no encuentre a esa mujer ideal que encima cubra todas sus fantasías sexuales, tú serás su "peor es nada".  Se lee horrible, pero es una triste realidad. Entonces, ¿cómo puedes darte cuenta si tu pareja te ve como su peor es nada? Sencillo, respóndete estas preguntas: ¿te ha presentado a su familia? ¿te lleva a actividades con sus amigos? ¿sube una que otra foto contigo en sus redes sociales? ¿pasa más tiempo contigo en exteriores que visitándote a tu casa o tú a la suya? Si tu respuesta a estas preguntas en su mayoría es No, puedes convertir esta teoría en una ley, pues, ¡es un hecho!

Teoría No. 5: Tiene otra relación.
Lo clásico lo he dejado de último, ya que es lo primero que solemos pensar cuando nuestra pareja deja de ser cariñosa en un tiempo o tiende a enfriarse una vez que hay intimidad.  La parte complicada del asunto es que, a veces, tu pareja, a pesar de que tiene otra, ya sea con o sin tu conocimiento, es un amor contigo, te trata bien, es súper detallista, etc.  En un caso como este, quien tiene o debe tener la última palabra, eres tú.  Nadie más que tú puedes darle el valor que deseas a tu relación de pareja.  Si aceptas estar en una relación de tres, no te quejes.  Si por el contrario, sobre la marcha te enteras de que hay otra y aún así estás convencida de que ese es el hombre con el que deseas pasar el resto de tu vida, pregúntate si ves en él la misma determinación.  De salida, el solo hecho de que continúe en otra relación, .o estando contigo consiga a otra, es un indicativo de que solo piensa en él, no le interesa en lo más mínimo si sufres o no ya sea por su infidelidad o por ser tú el plato de segunda mesa.  Amigas, solamente nosotras podemos dar fin a lo que nos hace sufrir.  La vida continúa y habrá seguramente no una, sino varias opciones para que escojas o decidas con quién pasarás finalmente el resto de tu vida siendo debidamente correspondida.

Estas cinco teorías son infalibles, lo único que debes preguntarte es: ¿en cuál de ellas encaja tu situación específica? Lo que decidas hacer, al final no dependerá de lo que te diga una desconocida, puesto que nadie experimenta por cabeza ajena. Seguramente mis experiencias distan de ser modelos o patrones de los cuales cualquiera pueda sacar algún tipo de moraleja; pero de lo que sí estoy segura es que ayudan a abrir un poco los ojos y ver mucho más allá de lo que los ojos del amor quieren ver.





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