Ahhhhh… el
amor, el amor… sentimiento tan hermoso, pero tan difícil de expresar cuando se
le anteponen inseguridades, orgullo, resentimientos, materialismo,
superficialidades, en fin… todas aquellas cosas que no es que matan el
sentimiento, como dicen muchos, porque si existiese amor realmente, ninguna de
estas cosas tuviesen cabida en el corazón y las acciones de quienes dicen estar
enamorados.
Y es que
tampoco es un pecado el aceptar maduramente que sencillamente quien pensabas iba
a ser tu “amor eterno”, no era tal y decidir terminar con algo que sabes no
llegará a ninguna parte; no, el pecado es saberlo, pero aún así continuar en
una relación por mera conveniencia, o para llenar un espacio en un plano ya sea
sexual, afectivo, y muchas veces hasta emocional.
No amigos, no
soy psicóloga, ni psiquiatra, ni estudio el comportamiento humano...
simplemente soy eso, un ser humano, que es capaz de, con virtudes y defectos, aceptar
su propia realidad y la de quienes lo rodean. Cierto es, que muchas veces
podemos caer en el prejuicio y “asumir” cosas que no son, pero también es
cierto que esto no sucedería si nuestro actuar fuese transparente, sincero y
abierto para no dar lugar a interpretaciones que no deseamos por parte de personas
que de alguna u otra manera nos importan.
Qué mujer no
ha escuchado: “a un hombre no trates de gobernarlo…”, ó “a un hombre debes
atenderlo como se merece porque si no lo haces, se te va…”, ó “a un hombre no
le hagas sentir que no lo necesitas…”, ó "debes aprender a cocinar y hacer las labores del hogar porque sino, ningún hombre querrá quedarse contigo..." y todas esas frases que redundan en
simplemente “no herir el ego de un hombre”?
Pues, he
llegado a la conclusión de que nada, pero nada que una mujer haga o deje de
hacer, podrá permitir que “conserve” a un “hombre” a su lado; desde ser sexy y atrevida para él, hasta hacer las veces de su nana. Por qué?
Sencillamente porque no es un asunto de género, sino de persona, como ser
individual. Es un asunto de crianza, de forma de ser, de sentimientos puros y
verdaderos, de empatía, de querer hacer, de querer pertenecer, de querer
compartir, de querer convivir de una persona (hombre o mujer) que dice estar
enamorada.
Entonces, ¿qué
quieren los seres humanos? ¿qué quieren los hombres? Simplemente encontrar o
que llegue a su vida ese alguien que despierte en sí mismo ese deseo de querer
pertenecer, no como algo tangible, sino como persona, con todo lo que implica
el serlo realmente, para decir y demostrar con toda seguridad que están
enamorados.
Y tú, ¿ya encontraste lo que realmente quieres?
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